Fotografiar a amigos es siempre mucho más fácil, y más cuando ellos también son tan apasionados de capturar momentos. Así que más que una sesión de fotos, es una charla en una tarde de verano, es compartir risas y proyectos. Eso sí, todo ello teniendo a Carlitos como centro de atención, y es que sus miradas, sus gestos y sus pequeños avances me cautivan. Gracias a Renata y Martín por porder vivirlos a vuestro lado.